lunes, 21 de enero de 2013

Las banderas de Cristina



LAS BANDERAS DE CRISTINA

No es nuevo decir que cualquier presidente tiene ejes apuntados como políticas internas y externas claras. Como Cristina, a pesar de sus esfuerzos, no es nada fuera de lo común, ella también entra en el cliché de las banderas propuestas para convencer al pueblo, aunque muchos, a veces no caemos.

A nivel internacional, y empezamos por afuera porque los trapitos sucios internos se arreglan adentro, podemos decir que además del tema con el Banco Mundial, el F.M.I., y el “no” a los monstruos mundiales, podemos decir que su eje se centró en la lucha argentina por la recuperación de las islas Malvinas.

Acá adentro, en nuestro propio “pueblo chico, infierno grande”, vivimos otra izada de bandera. La seguridad, la educación, las oportunidades de trabajo y la salud, entre otras, no son ni cerca algo que merezca una pizca de planeamiento, porque simplemente, no le interesa. En cambio, la bandera que levantó, el “leiv motiv” de su mandato son los derechos humanos de algunos pocos.

¿Creemos realmente que alguna de estas banderas tiene como eje final alguna solución? ¿Alguien se lo cuestionó alguna vez? ¿Alguien se pregunta a donde va a llegar con estas luchas? ¿O todos celebramos como nacionalistas estas emocionantes batallas que a nada van a llegar porque nada tienen como fin?

Es muy pobre pensar que porque se enjuicie a los viejos militares resucitaremos a los muertos o les daremos identidad a los desaparecidos. Y que no se mal entienda. En vez de planear algo concreto más eficiente para encontrar a los nietos e hijos de desaparecidos es más entretenido gastar plata en juicios que en 10 años cuando hayan muerto los condenados, lo único que quedará serán viejos muertos que se salieron con la suya y miles de personas desaparecidas sin identidad. Enjuiciarlos no está mal, lo que está mal es levantar bandera de ello sin un fondo… aquí la imagen es lo que importa. Es más fácil ser la que los metió en cana, que pelarse las rodillas con algo más efectivo para un fin futuro más duradero.

La justicia es completamente necesaria, pero no hay nada más necesario que la educación para planear el futuro de un país. A través de ella enseñar que la democracia es el único camino o por lo menos el más efectivo diseñado hasta ahora. Con la educación podemos también transmitir a quien y que no imitar y ese es el mejor legado que se puede dejar. Explicado desde la razón, desde el entendimiento, no desde el resentimiento, donde nada bueno puede salir. De esta manera solo creamos bandos. Solo dividimos. Dividir y reinar no suena muy democrático y es lo único que se logra a través del populismo barato lavador de conciencias que solo es efectivo con la ignorancia y el propagandismo. Nada puede ser más fácil que gobernar un pueblo ignorante. Levantar bandera de un tema conocido y desconocido (por viejo y no vivido por muchos) y montar en ella sensacionalismo, sentimientos de nacionalismo, de batalla a ganar, no hace más que retroceder 30 años. 30 años donde ELLOS solamente lucharon por ganarle al mercado financiero y sacar tajada y no justamente de batallar en contra lo que sucedía.


Malvinas. Bandera que nacionaliza un pedido ante los de afuera, que victimiza frente a potencias y exige apoyo de los más pequeños en símbolo de comprensión y de que no vuelva a suceder de colonialismo pasado.

Pero acaso, ¿está haciendo algo más o simplemente lo repite en su discurso cada vez que puede? Si los ingleses nos dicen que no quieren hablar, ¿qué hacemos? ¿Hay otro plan hay? ¿No es muy naif creer que por hablar con nosotros van a deshabitar la isla y nos la van a dar? 

Yo no creo que ella sea para nada naif, sí creo que ella piensa que nosotros comemos vidrio.

Banderas pensadas, analizadas y estratégicamente efectivas. Banderas populistas con tintes completamente nacionalistas.

Banderas que son efectivas para lavar cabezas vacías, con falta de convicción y falta de líder, pero que en el fondo, no sirven para nada



lunes, 26 de septiembre de 2011

¡Que se venga la información!


Franco “Bifo” Berardi en su libro “Generación Post-Alfa” define a este grupo de individuos como aquellos que se criaron lejos del soporte escrito y aprendieron en mayor medida gracias a los medios de comunicación.

Son aquellos a los que Mayte Pascual en “En que mundo vivimos” transcribe la entrevista a Manuel Castells y describen a esta nueva generación como los que entienden la tecnología de forma positiva. Internet (ver video) es un medio que permite la comunicación de muchos a muchos a escala global. Comprendida como un ágora publica en donde pueden intercambiar opiniones, expresarse libremente, ponerse en contacto con personas que viven a miles de kilómetros. Es La Galaxia Internet, donde pueden expresar la vida tal como es. Los individuos pueden generar conocimiento y procesar información con eficacia. (cita 12) Video: segunda economia

Ahora la cantidad de información que genera este medio marca una característica notable. Bifo afirma que el interés fundamental del capitalismo, es el aumento de la productividad y la aceleración del ciclo de consumo para la realización y la valorización del capital invertido. Por eso el enemigo principal del semiocapital es el significado. Para acelerar el intercambio, el consumo y la valorización es necesaria la simplificación de los recorridos para producir mercancías semióticas. (cita 15)

Los mensajes deben ser cortos y eficaces. Deben poder decodificarse de manera simple. La velocidad asimétrica de cibertiempo y ciberespacio con la que se maneja esta generación, provoca que todo lo que demande demasiado esfuerzo para ser entendido, quede aparado y sin atención. Como dice Christian Marazzi en el texto de Bifo cuando hacen referencia a la infósfera, en donde dicen que la sociedad padece una forma de dislexia que lleva a la incapacidad de leer una página entera, mantener la concentración o seguir un pensamiento lineal.

La cantidad de datos es inmensa y ya no basta con conservar los conocimientos en el “soporte mente”. La “sociedad de la III fase” a la que hace referencia Raffaele Simone, es el reflejo de una sociedad que utiliza un nuevo tipo de almacenamiento para la información.

La masa de conocimiento necesaria para vivir se ha incrementado enormemente. Una gran variedad de comportamientos, solo se hace posible si poseemos conocimientos previos y hasta el uso de ciertos instrumentos cotidianos dependen precisamente del conocimiento de su software.

Simone afirma que los conocimientos que nos hacen falta ya no tienen que ser conservados en la mente, sino que podemos dejarlos dormir en soportes externos y despertarlos cuando lo necesitemos. Este extraordinario fenómeno de riqueza aparente se debe a un hecho emergente característico de este siglo, la explosión del software. (cita 9 y 10)

Los conocimientos cambiaron de generación. Ya no son como planteaba Ortega y Gasset en la técnica del técnico, donde el arte de saber se pasaba de padre a hijo por medio de la oralidad y la experiencia, sino que hoy, los “viejos” hay muchas cosas que no saben y los jóvenes parecen saber todo.








Por: Jazmin Beccar Varela

domingo, 18 de septiembre de 2011

El que quiere que reciba, el que no, no

En el texto de Raymond Williams se pueden destrabar dos cuestiones que están en tela de juicio en la vida, en el día a día.

Por un lado, aquellos conservadores culturales que creen que la tecnología es una amenaza seria para la cultura, en contraposición, una nueva clase de intelectuales que se encuentra a favor, por lo cual dirigen los centros en que operan las nuevas tecnologías culturales e informáticas. Defienden confiadamente su producto y el tratamiento del mercado que piensan darle.

Cuando de medios de comunicación se trata, se critica mucho el hecho de recibir dinero para poder realizar algo. “La plata no nace de los arboles”, diría Williams en su texto. Esto es completamente cierto. Hay muchas personas dedicadas a la comunicación que no podrían si quiera pensar en hacer algo si no fuese con ayuda monetaria. Porque no aceptar dinero de sponsors, mecenazgo, o contratos de inclusión, es una elección. Al ser una elección, esto no debe ser juzgado ya que cada uno puede elegir con quien jugar.

El Pesimismo Cultural determina una posición tomada frente a varias miradas de la vida. El pesimismo se encarga de criticar negativamente todo lo que no es de acuerdo a lo instituido. "Recibir plata está mal, nos está matando el capitalismo". Y si no tengo otra forma de hacerlo? Y si gracias a esa plata puedo llevar a cabo determinado proyecto de comunicación que tenía en mente?

Ser cool, no depender de nadie, no recibir dinero, hacer que mi obra valga mas por no estar atado a ninguna política que debo cumplir por recibir dinero. Para quien vale más?

Ser ignorante por no pensar como otros, ser capitalista por depender de dinero ajeno o por medio de mecenazgo para poder crear. Hay que dejar de juzgar y unir más.
De todas formas no está mal que haya dos tipos de actitudes frente a la cultura. De esta manera hay opciones para que el público quiera elegir y todos los expositores de cualquier cultura queden contentos.

Es difícil luchar contra monstruos capitalistas, pero está en el que no quiere ser ayudado aceptar las reglas del juego de que querer jugar Single y no en equipo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Perdiendo el capital más preciado: la mente

La televisión prendida de fondo, la computadora encendida y en uso, el celular al lado de las piernas y algunas hojas impresas sin leer desparramadas por ahí. Mas o menos esa fotografía podríamos imaginarnos de un miembro de la generación post alfa.

¿Cuánto tiempo pueden hoy los chicos prestarle atención una hoja de carpeta o de un libro? Salvo aquellos amantes de la lectura (que hoy son pocos) puede percibirse que dadas las características del cerebro post alfabético, los tiempos de concentración son mínimos. Es por eso que quien se dedique a la enseñanza debe encontrarle alguna alternativa a las dinámicas, para captarles la atención a los chicos que fácilmente pierden el foco, dado que necesitan mensajes sencillos y decodificables de manera instantánea. Marazzi, un economista italiano plantea que la sociedad de hoy padece una forma de dislexia, que lleva a la incapacidad de leer una página entera, mantener la concentración o seguir un pensamiento lineal.

Los tiempos de la modernidad son muy distintos. Según Franco Bifo, hay un desfasaje que provoca la comunicación transformándose en un proceso asimétrico, en donde hay una relación anormal entre el ciberespacio y el cibertiempo.

A raíz de todo esto, se generan patologías en la mente contemporánea. Para estos problemas existen “soluciones” farmacológicas como el Ritalín, Zoloft y Prozac (entre otros) que tiene como consecuencia directa el aumento proporcional de la desesperación, la ansiedad, el deseo de matar o de morir.

Aquí es donde entra el cuestionamiento del consumismo que se impone hoy. El mercado busca la infelicidad de la población, porque esto, trae directamente la búsqueda de mejorar ese estado. Una población feliz no se dejaría atrapar por la productividad, entonces que mejor que generar desesperación, ansiedad o infelicidad mediante los veloces tiempos que imponen las nuevas tecnologías.

Según Bifo, surgen dos estrategias para atravesar esta situación, una es la upgrading, que implica adecuar el cuerpo humano a la insósfera hiperveloz y la otra es la sustracción, que implica alejarse del torbellino, algo que sólo pueden hacer pequeñas comunidades.

Parece ser que la única estrategia que puede aplicarse es la de Upgrading. En donde el hombre se adecúe a estos ritmos que alcanzan la velocidad de la luz. Se crea entonces un Activismo Mediático, donde las agencias de comunicación global son capaces de influir directamente sobre las formas de vida, porque los seres humanos mismos se entregan a que así sea.

Cada vez tenemos menos capacidad de interpretar la información, de poder racionalizarla y de poder discernir entre lo que “nos posibilita ampliar y mejorar el pensamiento” como diría Ennzensberger y entre la información que existe para inyectarnos una idea con un mensaje de simple decodificación.

Esta en nosotros elegir qué postura tomar y luchar para que la otra no nos domine.

Por Jazmin Beccar Varela

¡Que no se pierdan las ganas de pensar!

La computadora, la televisión, los diarios online, esta todo al alcance las manos. Sin siquiera tener que moverse de las casas para que la información llegue y poder actualizarse y aprender. Hoy, la generación que creció sin saber lo que es buscar un libro en una biblioteca o escribir un cuento a mano en una hoja y con una lapicera, está lejos de utilizar su inteligencia para algo más que lo que es lo digital.

Los medios de comunicación educan, de manera correcta o incorrecta, más que las propias instituciones. Los jóvenes aprenden las cosas por medio de la televisión o por internet, antes de siquiera poder vivirlo naturalmente.

Franco Bifo, en su libro "Generación Post Alfa" define a este grupo como aquella generación que no tiene afinidad con la cultura critica escrita, aquella que fue educada en mayor medida por los medios de comunicación y en menor medida por las instituciones tradicionales como la familia, la escuela, etc.

En las sociedades postmodernas, hay un modelo de producción en el cual se acumula capital a través de producción y la acumulación de signos y aquí aparece la capacidad cognitiva como principal recurso productivo. La implementación de nuevas tecnologías produce que el Semiocampitalismo equipare la mente con innovación de lenguaje y comunicación.

Aquí podemos encontrar una doble articulación para el Signo. Por un lado puede ser material y por otro la inmaterial, que vendría a ser el valor mental que cada persona le pone al signo.

He aquí el quid de la cuestión. La generación post alfa se encuentra tan acostumbrada a que todo sea sencillo y que la información sea acotada y simple, que en el momento en que se necesite mucho tiempo para interpretar un signo, el valor capital invertido para producirlo será desvalorizado. El enemigo principal del semiocapital es el significado.

La capacidad cognitiva está en peligro de extinción, la inversión para de capitales en innovaciones también. El capitalismo quiere aumentar cada vez más la productividad, para aumentar los beneficios y hay muchas personas que al no poder seguirle el ritmo a esta ola avasallante se quedan fuera del sistema.

El peligro yace en que cabe la posibilidad en el que la ignorancia reine y la intriga, la inteligencia, la ambición de saber más, sea tan solo una cosa de locos.


Por Jazmin Beccar Varela

jueves, 8 de septiembre de 2011

Internet ¿nos une?


¿Internet nos aísla?, ¿Hay que cambiar la educación en las escuelas?, ¿A que se refieren con la “brecha digital”?, ¿Por qué le temen los gobiernos al fenómeno de internet?

En una entrevista que le realiza la periodista madrileña Mayte Pascual al sociólogo Manuel Castells, podemos destacar algunos conceptos que ambos supieron exponer en el libro “En qué mundo vivimos”.

Según explica Manuel Castells, “A través de la tecnología hemos entrado en la Galaxia Internet, en donde la comunicación es de muchos, entre muchos y para muchos, en donde en un ágora publica, se encuentra la oportunidad para la libertad de expresar la vida tal como es.”

Si nos basamos en esta explicación, sería ilógico pensar que internet nos aísla, ya que si encontramos un lugar de expresarnos, donde buscamos la aprobación de otros en nuestros comentarios, donde destinamos a otros nuestros comentarios y muchos pueden comentarlos, estaríamos hablando de una sociabilización de los internautas, donde se hacen amigos, organizan salidas y activan su participación en la sociedad.

Aquí es donde yo disiento un poco. Yo creo que a pesar de que la gente se comunica e intercambia opiniones, estas no necesariamente generan la sociabilización, ¿por qué?, porque lo hacen solos frente a un computador. Está claro que pueden hacerlo con mucha gente, pero aun así, no lo hacen frente a frente mirando las expresiones de los demás, tomando contacto físico con los demás, sino que lo hace solo, frente a una pantalla y por escrito.

De hecho, en un momento habla de la “brecha digital” donde se plantea que hay una desigualdad que se genera debido a que la banda ancha está condicionada por el espacio geográfico, el nivel de ingresos y la capacidad cultural y educativa.

Manuel Castells y Mayte Pascual plantean que la educación es esencial para poder luchar contra la desinformación que surge de internet. Información falsa, sin filtros y la falta de proceso de la misma. Sería importante poder guiar a los usuarios en las ventajas y desventajas de las nuevas tecnologías y enseñar la capacidad de poder clasificar la información.

Los Gobiernos y las grandes corporaciones de comunicación temen no poder controlar aquellos mensajes que son enviados. Intentan aprovechar las grandes concentraciones sociales que se dan en las redes sociales, para poder controlar mejor los mensajes que son emitidos por los usuarios que se adueñaron del uso de la red. Los gobiernos temen la libertad que no está definida por sus reglas y así temen a Internet porque no hay manera de domesticarlo y someterlo, como siempre habían hecho con la comunicación. La vía legislativa tradicional, parece no funcionar en esta cuestión. ¿Por qué? Porque se bloquea la innovación y coarta la creatividad. Paralelamente, hay posibilidades como las reglas de usos permitidos y restringidos presentadas por Creative Commons.

Aquí surge con el desarrollo de una continua lucha por el espacio social, comercial y la regulación política, el choque entre la libertad y los poderes políticos e intentos de comercialización.

Internet está al alcance de todos. “Todos” aquellos que puedan acceder a él. En el mundo hay mucha gente que está quedando excluida de esta innovación.

¿Cómo seguira todo esto? ¿Será relamente la educación la solución a los problemas que se plantean? Las respuestas son todas inciertas.



Jazmin Beccar Varela


Florencia Horny: La tecnología en nuestras manos

Flor, estoy completamente de acuerdo con tu comentario.

Sinceramente había hecho un análisis mucho más extenso, pero debido a que no me siento parte de la generación post alfa de la que habla Bifo, varias cosas me superan.

Y justo de esto quiero hablarte. La tecnología no determina a la generación que ha crecido en frente a un monitor y es por eso que estos pueden dominarla. Pero hay varias generaciones previas, que son más reacias a aprender y la frustración los hace sentir que la tecnología sí los domina, y es por eso que sienten que sí los determina. Los determina en sentirse que están fuera del sistema y que no pueden controlar lo que ellos quieren hacer.

Eso es básicamente lo que pienso.

Dai, ¡tu comentario estaba buenísimo también!

Podes leer más de mis cosas en http://yololeiyvos.blogspot.com

¡Saludos!

Jaz